¿Con o sin ciencia?
Trasplante de órganos
Autor: Alonso Hurtado López
El artículo 4º menciona primeramente
la equidad de género, así como también reitera las obligaciones básicas que
tiene el estado para sus ciudadanos, En materia de salud, la Ley definirá las
bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud, como un derecho
fundamental; de este modo queda a disposición del pueblo el reglamento de la
ley general de salud en materia de trasplantes, la cual se divide en la
disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos, y de la Ley
General de Salud en Materia de Trasplantes.
La primera indica los
lineamientos considerados como correctos al momento de disponer de algún tejido
considerado como esencial para la vida: corazón, pulmones u otro de suma
importancia, señalando que solo se podrán tomar, cuando el donador o familiares
estén de acuerdo, y solo cuando el donador haya perdido la vida antes de
realizar dicha donación. La segunda determina que de igual manera el donador
debe estar de acuerdo al momento de ceder a terceros sus células u órganos, no
considerados como absolutamente esenciales para la vida: un riñón, medula ósea[1]
u otros. Ambos señalan que se debe de tener un encargado, que en este caso
sería el CENATRA[2],
quien deberá regular la disposición de órganos y tejidos de acuerdo con los 11
títulos y los 89 artículos incluidos en dicha legislación, de igual manera
fomentar la donación de órganos entre la población, así como los programas de
investigación por medio del estudio en los tejidos y llevar un registro
nacional de trasplantes
Perspectiva medica
Según estadísticas del CENATRA, el número de trasplantes en México, no salva
tantas vidas como se desearía, ya que actualmente Doce mil cuatrocientas trece personas esperan
recibir un trasplante de Riñón, de las cuales durante lo que va de este año
solo trecientas veintiséis han logrado conseguir un trasplante de riñón, (Salud, 2016) , el tiempo de espera
para este órgano, dura de seis meses a dos años, desde la perspectiva médica
esta es una tasa muy baja, si comparamos la tasa de donaciones en México la
cual era de 6 por millón en 2010, podemos observar que se lograron en esa misma
fecha en España, tasas de hasta 40, por cada millón de habitantes, en EUA es de
25 por cada millón de habitantes (Francisco J. Mercado,
2010)
Esto se debe a que en nuestro país se cuenta con una cultura de donación en
vida, mientras que póstumamente es difícil donar los órganos, debido a que
muchas veces estos no son viables,
Perspectiva donadores
Hay más de 20,359 mexicanos en
espera de un trasplante, 8,728 personas donaron órganos entre 2007 y 2014, en
2016 (presente año) se han tabulado 763 donaciones, El doctor Lorenzo molina[3]
refirió que el bajo nivel cultural y las cuestiones religiosas son los aspectos
que más influyen en las bajas tasas de donación. Del total de trasplantes en
México, el 75 % proviene de una persona con vida, por otro lado en España, Argentina,
Brasil y Uruguay, el 80% de los donadores son cadavéricos[4].
El Distrito Federal es donde se registra el mayor número de donaciones y de
trasplantes; le siguen los estados de Nuevo León, Estado de México, Jalisco,
Guanajuato, Puebla y San Luis Potosí, Aunque la religión católica permite la
donación de órganos, en muchos lugares del interior de la republican, no se
sienten a gusto con la idea de retirar algún órgano de su ser querido ya
fallecido, y por falta de información le temen a esta practica
Postura personal
La cultura de los trasplantes es
un acto a mi parecer demasiado altruista, personalmente he donado sangre,
aunque en un principio lo hice para un familiar, me dijeron que mi sangre era
muy espesa y tal vez no serviría, después de realizar los análisis respectivos
me dijeron que no donara sangre, que era mejor que donara plaquetas y que
considerara donar seguido, eso llamo mi atención; así que fui con mi doctor de
cabecera, quien me dijo: que en verdad, me afectaba físicamente donar sangre,
pero que si deseaba hacerlo, lo hiciera por mucho una vez al año, me parece
demasiado altruista debido a que, el simple hecho de donar sangre merma la
salud física de una persona, por consiguiente el donar un órgano reduce tu
calidad de vida, esto sin mencionar los riesgos durante y después de la
cirugía, por esta razón personalmente, yo no donaría un órgano, a menos que se
tratara de un familiar muy cercano, como alguno de mis hermanos o mis padres,
no soy casado así que creo que si lo fuese también lo haría por mi pareja o
alguno de mis hijos (si tuviera hijos), aunque, si lo necesitara no aceptaría
un órgano de otra persona y mucho menos de un familiar ya que moralmente no me
parece justo pedirle a alguien que reduzca su tiempo de vida
Bibliografía
Francisco J. Mercado, C. P. (2010). La donación y el
trasplante de organos segun los profecionales de la salud . Guadalajara:
Centro Universitario de Ciencias de la salud.
Salud. (2016). Registro
nacional de transplantes. Mexico: Secretaria de Salud.
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